EL ESPIRAL DE LA BULIMIA
VENTA Departamento en Samborondon
POR: PSIC. ANDREA GARIBALDI
SON MUCHAS LAS MUJERES QUE SUCUMBEN AL PODEROSO IMPULSO DEL HAMBRE Y DESPUÉS DE UNA COMIDA COPIOSA, DECIDEN ELIMINAR LOS EXCESOS VOMITANDO. ESTA PUEDE SER LA PRIMERA MANIFESTACIÓN DE UN TRASTORNO BULÍMICO.
Aunque el año pasado escribí un artículo acerca de la anorexia, he decidido retomar el tema de los trastornos de la alimentación; esta vez con la bulimia. El motivo es la gran cantidad de casos de mujeres que padecen este trastorno en nuestra sociedad y que parecen no darse cuenta de los riesgos a los que someten su salud, tanto física como emocional, al estar atrapadas en un círculo vicioso llamado bulimia. Aunque es típico el que empiece en la adolescencia, es un trastorno que se puede alargar durante años, y son muchas las mujeres adultas que sufren en silencio.
Primero que nada es importante diferenciar la anorexia de la bulimia. La paciente anoréxica prácticamente deja de comer, sólo lo hace en cantidades minúsculas. Por lo tanto va perdiendo peso y debilitándose. En cambio la bulímica sigue comiendo, pero luego de haberlo hecho busca la manera de eliminar lo que ha ingerido, entonces recurre al vómito, a los diuréticos o a los laxantes. Cuando de anorexia se trata, la pérdida de peso es obvia y visible para los demás. Pero la bulímica sigue manteniendo un peso relativamente normal, pese a que éste tiende a fluctuar, pero repito, dentro de un rango normal.
Como norma general se puede decir que la comida realizada por la paciente, delante de otros, suele ser normal e incluso abundante; aunque algunos días ayune o realice una dieta muy restrictiva. Las personas alrededor de la afectada, es decir sus familiares o sus amigos, no se dan cuenta de lo que le está ocurriendo. Quizás lo único que les puede parecer raro a sus allegados, es su comportamiento posterior a la comida. Las desapariciones repentinas y las visitas al baño después de comer, son sorprendentemente frecuentes. La excusa de tener que ir a lavarse los dientes, tener que ir al baño, lavarse las manos o arreglarse el maquillaje son algunos de los argumentos más utilizados.
La Bulimia Nerviosa se caracteriza por la presencia de un ciclo atracón-purgación que se inicia con la ingesta de grandes cantidades de comida seguidas de su purgación con el fin de eliminar las calorías engullidas. La paciente bulímica se siente insegura sobre su propia valía personal por lo que depende, de forma exagerada, de la aprobación de los otros. Al intentar complacer a los demás, oculta sus verdaderos deseos y necesidades, y como consecuencia de ello, la comida se convierte en su única fuente de confort.
La mujer que desarrolla una Bulimia Nerviosa, basa sus atracones justamente en los alimentos que ella considera “engordantes”. Son muchas las que tras haber estado a dieta, luego sucumben al poderoso impulso del hambre y desarrollan un trastorno bulímico. La mayoría de las pacientes bulímicas comienzan el trastorno después de una comida copiosa, al decidir eliminar este exceso vomitando. Son tan perfeccionistas en lo que respecta a su imagen corporal que nunca toleran lo que han comido en exceso, y deciden purgarse. De forma súbita descubren que han encontrado el método ideal para mantenerse delgadas sin sufrir. La purgación, como solución a su malestar físico o psíquico, comienza de forma leve y pronto se convierte en un círculo vicioso del que no puede salir.
Veamos el caso de Patricia, de veintisiete años. Ella trabaja en una multinacional muy prestigiosa. Es una paciente bulímica, de seis años de evolución. Su aspecto externo está muy cuidado. Siempre impecablemente vestida y con accesorios que combinen a la perfección. Muy delgada, pero no demasiado. En la oficina todos la consideran extraordinaria. Con un futuro prometedor. Solo ella sabe que su vida es un “infierno”. Las dietas, los periodos de ayuno que se impone, junto con el trabajo exhaustivo y la necesidad de ser "amable" todo el día con los clientes, la tienen al borde de la catástrofe. Sueña con dejar de trabajar, huir de una vida inhumana. Desayuna poco, o mucho, le da igual, y luego vomita. Se va a trabajar y no hace el descanso a la hora del almuerzo para no comer. Aguanta hasta las ocho y media o nueve de la noche. Entonces llega a casa agotada, deprimida. Va directamente a la cocina: empieza a comer unas tostadas con mantequilla. Se hace un sánduche y se acaba el primero, el segundo, el tercero, hasta sentir que va a explotar. Entonces lo tira todo fuera: vomita la comida, el cansancio, el sometimiento, la falta de descanso. Se siente agotada y asqueada, pero también aliviada.
Patricia, al igual que otras bulímicas, sabe lo que está haciendo. Pero no está conciente del daño que se hace ella misma. Los síntomas y complicaciones más graves y evidentes de una Bulimia Nerviosa están relacionados con el ciclo de atracón y purga y con la malnutrición. El vómito autoinducido puede generar en sus dedos la presencia de callosidades. También se puede producir erosión dental en la parte posterior de los dientes, por los ácidos gástricos. Los laxantes, por su parte, provocan alteraciones en el normal funcionamiento del intestino; complicaciones tales como el desarrollo de un cáncer de esófago causado por el reflujo de la comida, la ruptura del estómago o irregularidades en el ritmo cardiaco son frecuentes y amenazan la vida de la paciente. Algunas pueden pedir ayuda por sentir fatiga o dolores de cabeza. A veces se quejan de dolor abdominal, sensación de hinchazón o quemazón en la garganta. Las fluctuaciones de glucosa en la sangre pueden llegar a afectar el funcionamiento renal, hepático, provocar una diabetes o generar problemas en el sistema inmunológico.
Por lo anterior expuesto es posible concluir que el comportamiento bulímico no debe ser tomado a la ligera. Si usted piensa que tiene una hija, familiar, amiga con un problema de este tipo háblelo directamente con ella. Tenga en cuenta eso si, que posiblemente no le resulte fácil hablar de ello. Pero usted puede ser un soporte en la búsqueda de ayuda especializada. Por otra parte, también puede ser que al leer este artículo usted se identifique con el. Si ese es el caso busque ayuda profesional, ya que aunque hoy le parezca imposible, existe una salida. Una salida que la podrá llevar a una estabilidad en las comidas y más importante aun, a una estabilidad emocional.
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